La Asociación
Transpacífica (TPP[1])
-acrónimos en inglés- y La Asociación de Inversión y Comercio (TTIP[2])
–acrónimos en inglés-, son tratados que liderizan las agendas diplomáticas de
varios países. El segundo se negocia entre la Unión Europea y EEUU, y el
primero actualmente se negocia entre 11 países del entorno costero del océano Pacífico[3],
ambos de manera confidencial. La pregunta es ¿por qué se negocian de manera
privada?, y ¿por qué existe una creciente ola de manifestaciones en varios
países en contra de estos tratados comerciales? En el afán de responder a estas
preguntas quizá lo más sorprendente, más allá de los diferentes puntos a tocar,
es cómo los intereses soberanos de los países desaparecen y se sobreponen a
ellos los intereses de las grandes corporaciones.
En sí, el TPP abarca
una población que oscila entre los 800 millones de personas, casi un tercio del
comercio mundial y el 40% de la economía global[4].
En el caso que dicho acuerdo se suscriba por los países involucrados,
representaría el tratado comercial más grande de la historia después de la
Organización Mundial del Comercio (OMC). El TPP conjuntamente con el TTIP
abarcarán más del 60% de PIB mundial; actualmente ambos tratados excluyen a
China.[5]
El TTIP, no deja de ser
intrigante, involucra a la Unión Europea (UE) y EEUU. Considerando que ya
existen tarifas arancelarias bajas entre los dos, no parece ser esta la razón
para el tratado. El TTIP apunta a limar las “asperezas” regulatorias que
contiene la UE que son consideradas como “irritantes al comercio”[6]
por los diplomáticos de TTIP. Una vez más vemos cómo puestos de negociación
clave, específicamente el jefe de negociación en asuntos agrícolas de EEUU y
previo colaborador de cabildeo de Monsanto, Islam Siddique[7],
lidera las negociaciones con la UE en cuanto a medidas fito-sanitarias, las cuales
se regulan a través de sistemas totalmente incompatibles en ambas partes. De
hecho, existe una larga trayectoria de encuentros diplomáticos encontrados en
cuanto a la temática. Por ejemplo, en los EEUU, según el Centro de Prevención y
Control de Enfermedades, 48 millones de personas se enferman por alimentos
contaminados (1 de cada 6 personas en EEUU) y 3000 personas mueren al año.
Mientras tanto en la UE, según la Autoridad Europea de Sanidad Alimenticia y el
Centro de Prevención y Control de Enfermedades, el 2011 sólo se reportaron
70,000 personas enfermas por alimentos contaminados y 93 murieron a causa de
las mismas. Otra gran diferencia recae en el hecho de que la UE practica de
manera general el Principio Precautorio que se encuentra en su carta magna;
además, cuenta con procesos de seguimiento desde las granjas hasta el cubierto o
durante toda la cadena de producción hasta el consumidor, a diferencia de la
práctica de EEUU que consiste en revisar sólo el producto final. Esto, a su
vez, se refleja en cómo la UE, a diferencia de EEUU, maneja a los alimentos
genéticamente modificados prohibiendo su comercialización, regulando de manera
enérgica ciertos embalajes alimenticios que han sido observados por contener disruptores
endocrinos y la prohibición de productos agrícolas que contengan ciertos
pesticidas que actúan de manera acumulativa en nuestros cuerpos generando una
amplia gama de problemas de salud. Todos estos elementos son sólo parte de una
diáspora de medidas regulatorias que diferencian de manera considerable al
marco regulatorio de EEUU del de la UE. Otro tema esencial es que la
legislación de EEUU requiere que sea el gobierno quien compruebe qué químicos o
aditivos contenidos en los alimentos son dañinos, mientras tanto la U.E. hace
lo contrario, obligando a las empresas a comprobar su inocuidad.[8]
Las
implicancias de un tratado
Un tratado
internacional, de acuerdo al derecho internacional, es un contrato entre países
de cumplimiento obligatorio, el cual, una vez aprobado, se posiciona justo por
debajo de la constitución de cada Estado; en otras palabras, modifica las leyes
nacionales de ámbito específico, convirtiéndose en un medio para encaminar
políticas internas y ajustar leyes nacionales aplicables al ámbito de los
tratados[9].
Acorde a este principio es usual que tratados de amplio espectro como el TPP
sean difundidos y evaluados por amplios sectores sociales en cada país antes de
la puesta en vigencia de los mismos. En este sentido, es sumamente preocupante
que hasta ahora el congreso de EEUU no ha sido parte activa de las
negociaciones del tratado de comercio TPP. No es malo puntualizar que según la
constitución política americana, el congreso de EEUU debe legislar y definir
tratados. Este hecho se da por razones obvias. Aunque no siempre es tema
aplicable o real, el congreso en teoría tiende a contemplar un mayor número de
intereses, además de representar los intereses de una amplia gama de
constituyentes pertenecientes a la región electoral. Aunque existe una
creciente disminución a nivel internacional del rol del poder legislativo, la
importancia de instrumentos jurídicos que afectan un gran número de intereses
sociales, ambientales y económicos debe, por principio, no depender de un poder
político vertical y homogéneo como lo es el poder ejecutivo. Aun así, y desde
la presidencia de Richard Nixon, existe un mecanismo denominado Fast Track (Vía rápida) que faculta al
poder ejecutivo a prescindir del congreso en el ámbito de tratados
internacionales. Debido a este contexto es importante puntualizar que actualmente
173 miembros del congreso de EEUU, incluyendo 150 demócratas, se han opuesto a
que Obama ratifique el tratado por el método Fast Track[10].
El
tratado en sí
Ahora en cuanto al
tratado TPP, abarca 29 capítulos de los cuales sólo 5 tratan sobre comercio.
Los 24 capítulos restantes inhabilitan mecanismos gubernamentales que regulan
estándares alimenticios, ambientales, financieros, energéticos y un largo etc.,
permitiendo y “resguardando” el marco jurídico por el cual grandes conglomerados
empresariales pueden actuar, “invertir” y seguir adelante con su business as usual.
Según la página de
Wikileaks, el capítulo más controversial viene a ser el que trata el tema de
propiedad intelectual, inclusive “los
miembros del congreso norteamericano únicamente pueden ver porciones selectas
de documentos relacionados al tratado bajo condiciones altamente restrictivas y
bajo supervisión estricta. Se ha revelado anteriormente que solo tres
individuos de cada nación TPP tienen acceso al texto completo del acuerdo,
mientras que a 600 asesores de comercio' –cabildeadores, protegiendo los
intereses de corporaciones estadounidenses tales como Chevron, Halliburton,
Monsanto y Walmart–, se les concede acceso privilegiado a secciones cruciales
del texto del tratado”[11].
Según la misma página, el Presidente Obama indica que su intención era de
firmar y ratificar el TPP antes del final del 2013.
Aunque el texto es casi
imposible de encontrar de manera completa, ciertas partes e intercambios
diplomáticos entre países negociantes han sido difundidas de manera
clandestina. Esto por lo general ha permitido tener una orientación bastante
comprensiva del objetivo de los tratados en análisis. En este sentido,
remarcamos el mecanismo sobre disputas entre inversores y estados, el cual es recurrente
en los tratados entre países en vías de desarrollo y países desarrollados. Sin
embargo, ahora ya están ampliamente difundidos varios casos en países
desarrollados, como por ejemplo tenemos el caso del Estado Alemán, el cual ha
sido demandado por una empresa nuclear que cuestiona las razones por las cuáles
Alemania ha decidido descontinuar la fusión atómica para la producción de
energía[12] en
su país, y existen otros cuantos ejemplos de demandas similares documentadas
por George Monbiot del periódico The
Guardian[13].
Dichos ejemplos son un claro patrón de la deconstrucción del Estado en sí.
Estamos pasando de una etapa
de gobernanza estatal a una supra-estructura corporativa que utiliza el amparo
de lo estatal para seguir cooptando impuestos, acaparando subsidios y
legitimando actuaciones internacionales de orden diplomáticas. Sin lugar a dudas,
esta etapa seguirá promoviendo el colapso de este modelo de sociedad regido por
estados nación y el surgimiento de un modelo más cínico y capaz de defender sus
intereses por medios para estatales[14].
En sí, lo que ahora vemos es un sinfín de actuaciones diplomáticas dentro del
espectro de negociaciones internacionales protagonizadas por empleados de
corporaciones privadas y no así representantes gubernamentales, otorgando ad
hoc el status de Estado a la corporación.
De la mano de lo
anteriormente mencionado, la propuesta de Estados Unidos en el TPP permitiría
que empresas extranjeras impugnen leyes o reglamentos de orden nacional en un
tribunal privado. Sin duda, las actuaciones de estos tribunales ampararán sus
resoluciones en los TLC ratificados. Estas cláusulas con anterioridad sólo
existían en tratados de la Organización Mundial del Comercio (OMC) pero
únicamente para tratar temas entre Estados, y no así entre corporaciones tal
como acontece ahora. Aunque existen pautas similares en el Tratado de libre
Comercio de Norte América (NAFTA, acrónimos en inglés) y otros tratados
similares con países en vías de desarrollo, las negociaciones del TPP
aparentemente exceden los límites de tratados similares[15].
Ya son más de dos décadas de promesas que no
se han cumplido y que han derivado en el aumento de las desigualdades
sociales y económicas, así como el deterioro del medio ambiente. Todos estos
problemas se han profundizado junto al surgimiento de un nuevo modelo económico
dominado por corporaciones Las balanzas comerciales negativas demuestran que es
más fácil acceder a información privilegiada siendo parte de una multinacional
como Haliburton o Monsanto que como representante de un país. Lo más
preocupante es la sistemática degradación de la representatividad estatal pues
se convierte en una fachada diplomática a través de la cual actúan las
corporaciones que hoy manejan los mayores monopolios de la historia de la
humanidad para sus propios beneficios, atentando de esta manera contra los
intereses de los conciudadanos del mundo. ¿Acaso impulsar la competitividad
entre países para ver quién puede brindar las peores condiciones laborales y
por ende los menores sueldos es un avance en materia económica? ¿Quizá así lo
creen algunos? Seguimos pensando que es un adelanto de lo venidero, un futuro
cercano gobernado ya no por naciones sino por corporaciones.
Para más información,
búscanos en: thunhupha.blogspot.com
[1]Trans-Pacific
Partnership
[2]Transatlantic Trade and Investment Partnership
[3]Australia, Brunei,
Canada, Chile, Japan, Malaysia, Mexico, New Zealand, Peru, Singapore, and
Vietnam
[4] Democracy Now. "A Corporate Trojan Horse":
Obama Pushes Secretive TPP Trade Pact, Would Rewrite Swath of U.S. Laws. http://www.democracynow.org/2013/10/4/a_corporate_trojan_horse_obama_pushes
[7] Brown, Ellen (Common Dreams). Monsanto, the TPP, and Global Food
Dominance.
[9] Public Citizen. About Public Citizen's Global Trade
Watch. http://www.citizen.org/Page.aspx?pid=3147
[10] A lot of
people have been asking me about the Trans-Pacific Partnership. http://www.thrivemovement.com/trans-pacific-partnership-trade-liberation-or-global-domination.blog
[12] Trade and Investment.
Nuclear Phase-Out put to the test. http://www.tni.org/briefing/nuclear-phase-out-put-test
[13] Monbiot, George. “Managing
Transparency”. http://www.monbiot.com/2013/12/02/managing-transparency/
[14] Leer nuestros artículo sobre
la alianza Monsanto, Blackwater y Gates en thunhupha.blogspot.com
[15]Huffington Post. Obama Faces Backlash Over New Corporate Powers In
Secret Trade Deal.http://www.huffingtonpost.com/2013/12/08/tpp-trade-agreement_n_4409211.html
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