martes, 11 de marzo de 2014

De la gobernanza estatal a la gobernanza corporativa: TPP y TTIP

La posibilidad de apertura de los mercados de los países desarrollados a los países en vías de desarrollo fue el gran slogan de los tratados de libre comercio durante buena parte de los 90, etapa en la cual crecimos. Décadas después, la credibilidad se perdió, nunca se llegó a diversificar la industria en los países en vías de desarrollo y, por ende, la factibilidad económica jamás se hizo realidad; finalmente, las diferencias productivas entre países desarrollados y no desarrollados nunca se igualaron. El único resultado fue el ensanchamiento de la brecha social entre ricos y pobres, la cual no ha sido aminorada o resuelta por los Tratados de Libre Comercio (TLC). Sin embargo, y a pesar de la infinidad de negativos que en la balanza pesan más que los aspectos positivos, existe hoy en día un gran impulso abanderado por la diplomacia servil a los intereses corporativos por llevar adelante dos tratados comerciales de una envergadura jamás vista.
La Asociación Transpacífica (TPP[1]) -acrónimos en inglés- y La Asociación de Inversión y Comercio (TTIP[2]) –acrónimos en inglés-, son tratados que liderizan las agendas diplomáticas de varios países. El segundo se negocia entre la Unión Europea y EEUU, y el primero actualmente se negocia entre 11 países del entorno costero del océano Pacífico[3], ambos de manera confidencial. La pregunta es ¿por qué se negocian de manera privada?, y ¿por qué existe una creciente ola de manifestaciones en varios países en contra de estos tratados comerciales? En el afán de responder a estas preguntas quizá lo más sorprendente, más allá de los diferentes puntos a tocar, es cómo los intereses soberanos de los países desaparecen y se sobreponen a ellos los intereses de las grandes corporaciones.
En sí, el TPP abarca una población que oscila entre los 800 millones de personas, casi un tercio del comercio mundial y el 40% de la economía global[4]. En el caso que dicho acuerdo se suscriba por los países involucrados, representaría el tratado comercial más grande de la historia después de la Organización Mundial del Comercio (OMC). El TPP conjuntamente con el TTIP abarcarán más del 60% de PIB mundial; actualmente ambos tratados excluyen a China.[5]
El TTIP, no deja de ser intrigante, involucra a la Unión Europea (UE) y EEUU. Considerando que ya existen tarifas arancelarias bajas entre los dos, no parece ser esta la razón para el tratado. El TTIP apunta a limar las “asperezas” regulatorias que contiene la UE que son consideradas como “irritantes al comercio”[6] por los diplomáticos de TTIP. Una vez más vemos cómo puestos de negociación clave, específicamente el jefe de negociación en asuntos agrícolas de EEUU y previo colaborador de cabildeo de Monsanto, Islam Siddique[7], lidera las negociaciones con la UE en cuanto a medidas fito-sanitarias, las cuales se regulan a través de sistemas totalmente incompatibles en ambas partes. De hecho, existe una larga trayectoria de encuentros diplomáticos encontrados en cuanto a la temática. Por ejemplo, en los EEUU, según el Centro de Prevención y Control de Enfermedades, 48 millones de personas se enferman por alimentos contaminados (1 de cada 6 personas en EEUU) y 3000 personas mueren al año. Mientras tanto en la UE, según la Autoridad Europea de Sanidad Alimenticia y el Centro de Prevención y Control de Enfermedades, el 2011 sólo se reportaron 70,000 personas enfermas por alimentos contaminados y 93 murieron a causa de las mismas. Otra gran diferencia recae en el hecho de que la UE practica de manera general el Principio Precautorio que se encuentra en su carta magna; además, cuenta con procesos de seguimiento desde las granjas hasta el cubierto o durante toda la cadena de producción hasta el consumidor, a diferencia de la práctica de EEUU que consiste en revisar sólo el producto final. Esto, a su vez, se refleja en cómo la UE, a diferencia de EEUU, maneja a los alimentos genéticamente modificados prohibiendo su comercialización, regulando de manera enérgica ciertos embalajes alimenticios que han sido observados por contener disruptores endocrinos y la prohibición de productos agrícolas que contengan ciertos pesticidas que actúan de manera acumulativa en nuestros cuerpos generando una amplia gama de problemas de salud. Todos estos elementos son sólo parte de una diáspora de medidas regulatorias que diferencian de manera considerable al marco regulatorio de EEUU del de la UE. Otro tema esencial es que la legislación de EEUU requiere que sea el gobierno quien compruebe qué químicos o aditivos contenidos en los alimentos son dañinos, mientras tanto la U.E. hace lo contrario, obligando a las empresas a comprobar su inocuidad.[8]
Las implicancias de un tratado
Un tratado internacional, de acuerdo al derecho internacional, es un contrato entre países de cumplimiento obligatorio, el cual, una vez aprobado, se posiciona justo por debajo de la constitución de cada Estado; en otras palabras, modifica las leyes nacionales de ámbito específico, convirtiéndose en un medio para encaminar políticas internas y ajustar leyes nacionales aplicables al ámbito de los tratados[9]. Acorde a este principio es usual que tratados de amplio espectro como el TPP sean difundidos y evaluados por amplios sectores sociales en cada país antes de la puesta en vigencia de los mismos. En este sentido, es sumamente preocupante que hasta ahora el congreso de EEUU no ha sido parte activa de las negociaciones del tratado de comercio TPP. No es malo puntualizar que según la constitución política americana, el congreso de EEUU debe legislar y definir tratados. Este hecho se da por razones obvias. Aunque no siempre es tema aplicable o real, el congreso en teoría tiende a contemplar un mayor número de intereses, además de representar los intereses de una amplia gama de constituyentes pertenecientes a la región electoral. Aunque existe una creciente disminución a nivel internacional del rol del poder legislativo, la importancia de instrumentos jurídicos que afectan un gran número de intereses sociales, ambientales y económicos debe, por principio, no depender de un poder político vertical y homogéneo como lo es el poder ejecutivo. Aun así, y desde la presidencia de Richard Nixon, existe un mecanismo denominado Fast Track (Vía rápida) que faculta al poder ejecutivo a prescindir del congreso en el ámbito de tratados internacionales. Debido a este contexto es importante puntualizar que actualmente 173 miembros del congreso de EEUU, incluyendo 150 demócratas, se han opuesto a que Obama ratifique el tratado por el método Fast Track[10].
El tratado en sí
Ahora en cuanto al tratado TPP, abarca 29 capítulos de los cuales sólo 5 tratan sobre comercio. Los 24 capítulos restantes inhabilitan mecanismos gubernamentales que regulan estándares alimenticios, ambientales, financieros, energéticos y un largo etc., permitiendo y “resguardando” el marco jurídico por el cual grandes conglomerados empresariales pueden actuar, “invertir” y seguir adelante con su business as usual.
Según la página de Wikileaks, el capítulo más controversial viene a ser el que trata el tema de propiedad intelectual, inclusive “los miembros del congreso norteamericano únicamente pueden ver porciones selectas de documentos relacionados al tratado bajo condiciones altamente restrictivas y bajo supervisión estricta. Se ha revelado anteriormente que solo tres individuos de cada nación TPP tienen acceso al texto completo del acuerdo, mientras que a 600 asesores de comercio' –cabildeadores, protegiendo los intereses de corporaciones estadounidenses tales como Chevron, Halliburton, Monsanto y Walmart–, se les concede acceso privilegiado a secciones cruciales del texto del tratado”[11]. Según la misma página, el Presidente Obama indica que su intención era de firmar y ratificar el TPP antes del final del 2013.
Aunque el texto es casi imposible de encontrar de manera completa, ciertas partes e intercambios diplomáticos entre países negociantes han sido difundidas de manera clandestina. Esto por lo general ha permitido tener una orientación bastante comprensiva del objetivo de los tratados en análisis. En este sentido, remarcamos el mecanismo sobre disputas entre inversores y estados, el cual es recurrente en los tratados entre países en vías de desarrollo y países desarrollados. Sin embargo, ahora ya están ampliamente difundidos varios casos en países desarrollados, como por ejemplo tenemos el caso del Estado Alemán, el cual ha sido demandado por una empresa nuclear que cuestiona las razones por las cuáles Alemania ha decidido descontinuar la fusión atómica para la producción de energía[12] en su país, y existen otros cuantos ejemplos de demandas similares documentadas por George Monbiot del periódico The Guardian[13]. Dichos ejemplos son un claro patrón de la deconstrucción del Estado en sí.
Estamos pasando de una etapa de gobernanza estatal a una supra-estructura corporativa que utiliza el amparo de lo estatal para seguir cooptando impuestos, acaparando subsidios y legitimando actuaciones internacionales de orden diplomáticas. Sin lugar a dudas, esta etapa seguirá promoviendo el colapso de este modelo de sociedad regido por estados nación y el surgimiento de un modelo más cínico y capaz de defender sus intereses por medios para estatales[14]. En sí, lo que ahora vemos es un sinfín de actuaciones diplomáticas dentro del espectro de negociaciones internacionales protagonizadas por empleados de corporaciones privadas y no así representantes gubernamentales, otorgando ad hoc el status de Estado a la corporación.
De la mano de lo anteriormente mencionado, la propuesta de Estados Unidos en el TPP permitiría que empresas extranjeras impugnen leyes o reglamentos de orden nacional en un tribunal privado. Sin duda, las actuaciones de estos tribunales ampararán sus resoluciones en los TLC ratificados. Estas cláusulas con anterioridad sólo existían en tratados de la Organización Mundial del Comercio (OMC) pero únicamente para tratar temas entre Estados, y no así entre corporaciones tal como acontece ahora. Aunque existen pautas similares en el Tratado de libre Comercio de Norte América (NAFTA, acrónimos en inglés) y otros tratados similares con países en vías de desarrollo, las negociaciones del TPP aparentemente exceden los límites de tratados similares[15].
Ya son más de dos décadas de promesas que no se han cumplido y que han derivado en el aumento de las desigualdades sociales y económicas, así como el deterioro del medio ambiente. Todos estos problemas se han profundizado junto al surgimiento de un nuevo modelo económico dominado por corporaciones Las balanzas comerciales negativas demuestran que es más fácil acceder a información privilegiada siendo parte de una multinacional como Haliburton o Monsanto que como representante de un país. Lo más preocupante es la sistemática degradación de la representatividad estatal pues se convierte en una fachada diplomática a través de la cual actúan las corporaciones que hoy manejan los mayores monopolios de la historia de la humanidad para sus propios beneficios, atentando de esta manera contra los intereses de los conciudadanos del mundo. ¿Acaso impulsar la competitividad entre países para ver quién puede brindar las peores condiciones laborales y por ende los menores sueldos es un avance en materia económica? ¿Quizá así lo creen algunos? Seguimos pensando que es un adelanto de lo venidero, un futuro cercano gobernado ya no por naciones sino por corporaciones.
Para más información, búscanos en: thunhupha.blogspot.com


[1]Trans-Pacific Partnership
[2]Transatlantic Trade and Investment Partnership
[3]Australia, Brunei, Canada, Chile, Japan, Malaysia, Mexico, New Zealand, Peru, Singapore, and Vietnam
[4] Democracy Now. "A Corporate Trojan Horse": Obama Pushes Secretive TPP Trade Pact, Would Rewrite Swath of U.S. Laws. http://www.democracynow.org/2013/10/4/a_corporate_trojan_horse_obama_pushes
[5]WikiLeaks. Secret Trans-Pacific Partnership Agreement (TPP). http://wikileaks.org/tpp/
[6] GRAIN. Food Safety in the EU-US Trade Agreement. December 2013
[7] Brown, Ellen (Common Dreams). Monsanto, the TPP, and Global Food Dominance.
[8] Ibíd. GRAIN.
[9] Public Citizen. About Public Citizen's Global Trade Watch. http://www.citizen.org/Page.aspx?pid=3147
[10] A lot of people have been asking me about the Trans-Pacific Partnership. http://www.thrivemovement.com/trans-pacific-partnership-trade-liberation-or-global-domination.blog
[11] Ob cit. WikiLeaks.
[12] Trade and Investment. Nuclear Phase-Out put to the test. http://www.tni.org/briefing/nuclear-phase-out-put-test
[13] Monbiot, George. “Managing Transparency”. http://www.monbiot.com/2013/12/02/managing-transparency/
[14] Leer nuestros artículo sobre la alianza Monsanto, Blackwater y Gates en thunhupha.blogspot.com
[15]Huffington Post. Obama Faces Backlash Over New Corporate Powers In Secret Trade Deal.http://www.huffingtonpost.com/2013/12/08/tpp-trade-agreement_n_4409211.html

lunes, 23 de diciembre de 2013

Corrupción y degradación ambiental. El costo de la nueva cara verde de los hidrocarburos: Gas y Fracking






Dennis Kucinich, ex candidato presidencial del partido demócrata y representante nacional de larga data del congreso de los EEUU, señala que la influencia ejercida al presente por las corporaciones al interior del gobierno norteamericano supera con creces lo que él ha visto en su larga carrera política. A su vez, puntea que dicha influencia ha sido otorgada por dos decisiones de la corte suprema norteamericana: 1) Buckley v Valeo y 2) Citizens United v Federal Election Commission. Si bien la Constitución Política de EEUU crea un sistema por el cual los poderes (el ejecutivo, judicial y legislativo) trabajan de manera interdependiente y se sujetan a la habilidad de verificar y contrarrestar el abuso del poder, éstas decisiones de la corte suprema han permitido/legalizado que existan contribuciones extraordinarias[1] a las campañas electorales de políticos aspirantes que actualmente son parte del congreso nacional norteamericano, las que, ojo, ni siquiera deben ser declaradas. Y en tanto los contribuidores de las campañas electorales son corporaciones con fuertes intereses y con mucha influencia, entonces crean conflictos de interés al interior del congreso de EEUU y se desequilibra la balanza del poder. Los representantes políticos, una vez ejercen sus cargos, pagan el favor a sus contribuidores y se convierten en sus portavoces y fieles defensores. Actualmente, éste es el caso de la industria hidrocarburífera ligada a la explotación gasífera. El discurso anual del actual presidente de EEUU indicando que realizará todo lo posible para priorizar y permitir que los EEUU sea un país energéticamente independiente y líder en la producción de gas natural, lo comprueba. Y este país es ahora la punta de lanza del método de extracción de gas denominado fracking, el cual está cambiando el panorama hidrocarburífero a nivel mundial.
¿Qué es FRACKING?
El método de extracción conocido como Fracturación Hidráulica (o FRACKING, como es comúnmente denominada por su nombre en inglés) es una innovadora técnica de extracción de gas natural de arcillas compactadas situadas a gran profundidad que antes no se podían explotar (usualmente conocidas como Depositos de Shale Gas [2]). Dicha técnica de explotación gasífera fue desarrollada en los 80, en Texas, por el Departamento de Energía de EEUU y la empresa de energía Mitchell Energy, con fondos públicos. La técnica se divide en dos partes. Lo primero es perforar verticalmente hasta las arcillas compactadas y luego perforar horizontalmente uno o dos kilómetros. En segundo lugar, se inyectan millones de litros de agua, lubricantes químicos y arena a presión para fracturar la roca y permitir que el metano fluya hacia el pozo. Se trata de un coctel de 596 químicos[3], los que, al igual que la fórmula de Coca-Cola, son totalmente desconocidos para el público. Las empresas que los utilizan se reservan al derecho a esconder esta información. Aun así, estudios independientes realizados por personas afectadas, han identificado algunos de los químicos nocivos que se encontraron en acuíferos o pozos de agua potable vecinos a los pozos gasíferos. Los análisis químicos han dado a conocer que muchos de los 596 químicos utilizados son de alta peligrosidad para el consumo humano (cancerígenos, provocación de alteraciones hormonales y demás) y el entorno afectado.
El documental Gas Land y Gas Land 2 del productor Josh Fox, hace un recorrido minucioso por las localidades que han sido afectadas por la proliferación inmensurable de pozos gasíferos en EEUU; de hecho, es puntualizado en Gas Land que Estados Unidos nunca ha tenido una campaña de perforación tan agresiva como la actual. Casos emblemáticos como la combustión de agua de grifo instantáneamente vienen a colación. Dichos fenómenos se dan a consecuencia de la manera por la cual el gas es extraído de los depósitos. Sucede que para el proceso de traslado del gas a la superficie, muchos de los ductos de la perforación son aislados de la tierra por cemento, al interior del cual el gas fluye hacia tanques receptores. Debido a las altas presiones, un alto porcentaje de pozos presenta fallas estructurales en el cemento aislante, haciendo que el brebaje de químicos y gas natural se infiltre en la tierra en su recorrido a la superficie, muchas veces liberando contenidos del proceso de extracción a las franjas de tierra que contienen los acuíferos.
El tema recae en que por falta de regulación y control adecuado, el descuido y la rapidez son los nuevos estándares que rigen esta explotación. Las miles de perforaciones han llevado a un porcentaje importante de pozos con fallas estructurales del revestimiento que han contaminado y siguen contaminando importantes trechos de tierra y acuíferos. Considerando que de toda el agua que contiene este mundo sólo el 2% es bebible, hacemos notar la demencia con la cual se maneja este recurso finito de la biosfera al exponerla a cada vez más medios de contaminación.
Revistas como The Economist dan a conocer que China, país con una necesidad energética importante, está intentando conseguir o desarrollar una industria gasífera similar a la de EEUU. Pero dichos intentos están rápidamente encontrando oposición por la ingente cantidad de agua que requieren. China sufre de una crónica escasez del elemento hídrico, lo que dificulta el propio abastecimiento de sus centros poblacionales. En este contexto, una arremetida como el fracking podría empeorar la situación al contaminar el agua al mezclarla con los químicos, siendo muy difícil recuperar el ciclo hídrico normal.
Sobre la cooptación del sistema político de EEUU
La cooptación sistemática de puestos relevantes dentro de las agencias federales, el congreso norteamericano y la inherente decadencia de la normativa ambiental de EEUU han significado incontables violaciones a la propiedad privada (derecho principal del capitalismo), daños a la salud de comunidades enteras, contaminación de acuíferos por la explotación de gas, la devastación de vida silvestre y ecosistemas completos de manera irreparable por la naturaleza de los contaminantes. Toda esta información irrefutable producida por científicos es constantemente negada por los representantes políticos y dueños de las corporaciones que son responsables de todos estos daños.
Es más, es muy probable que si existen mayores libertades y concesiones a la explotación de gas en la reserva Marcellus, muchos de los acuíferos que se encuentran en la parte norte de la ciudad de Nueva York serán contaminados por esa exquisita amalgama de químicos utilizados en el proceso de Fracking. Actualmente existe una moratoria a la explotación de gas en Nueva York, pero si esta cambia, sería un desastre de proporciones importantes el que se causaría a las ciudades de Nueva York, Newark y más allá.
Agencias federales como la EPA (acrónimos en ingles de la agencia federal de protección al medioambiente), están siendo despojadas de su presupuesto y sus competencias. Leyes como la ley de protección al agua, la ley de protección al agua potable y la ley de protección al aire, entre otras, están siendo obviadas por las empresas de perforación. ¿Cómo creen que esto se ha hecho posible? Bueno, el señor Dick Cheney, ex vice-presidente del señor George W. Bush, se encargó de todo esto en tanto era presidente Halliburton –empresa que lideriza la producción de pozos de gas con el método de Fracking– antes de ser vice-presidente. Dicho personaje utilizó su peso político para crear una ley (Energy Bill de 2005) que permite que las empresas de perforación de gas obvien el marco regulatorio que cuida la calidad del agua y aire dentro de los EEUU, la cual es conocida como la “laguna jurídica Halliburton”.
Y para erradicar cualquier otro impedimento para este método de extracción, el congreso de EEUU recientemente aprobó el proyecto de ley que cobra $ 5000 por protestar contra la perforación[4], con lo que la sociedad civil está prohibida de expresar cualquier reclamo que devenga de esta actividad.
El cambio del escenario energético
Si bien uno de los mayores argumentos populistas para permitir la consagración de este método de extracción en EEUU fue el de producción americana para el pueblo americano, la realidad aclara que la verdadera intención de las empresas que actualmente llevan adelante esta revolución energética en los EEUU es aprovechar de las necesidades y de los precios de mercados que ofrecen el continente asiático y el europeo. En este aspecto, el millardo de gas cotiza en 16 dólares en Asia, 8 a 9 dólares en Europa y 2,5 dólares en EEUU. ¿A dónde creen que apuntan? Actualmente se proyecta la construcción de más de una docena de instalaciones portuarias donde liquidificarían el gas natural para su posterior exportación a los mercados asiáticos y europeos.
Otro tema no menos importante y que tiene que ver con la geopolítica y la lucha inter-imperial es que GAZPROM, empresa emblemática Rusa que tiene el monopolio de venta de gas al mercado europeo, está seriamente afectada por la inserción de nuevos actores en la distribución de gas natural al continente europeo. El monopolio esta precipitadamente cayendo gracias a la adquisición de la tecnología del Fracking por empresas hidrocarburiferas noruegas, país con mayor afinidad a los intereses y control imperial de EEUU.
¿Qué augura el futuro?
No esta demás pensar que dichos descubrimientos están reconfigurando el escenario de producción y distribución energética no sólo actual sino venidera. Es algo así como esa expresión gringa “a game changer” (algo que altera las leyes del juego de manera abrupta). De hecho, la reserva de gas natural Marcellus, que se encuentra en la parte norte de la cadena de montañas Apalachian en los estados de Pennsylvania, Nueva York, Virginia del Oeste y Ohio, es la Arabia Saudita del gas. Y esto sin contar que existen no menos de 3 locaciones con potenciales similares a la reserva Marcellus. La posibilidad real de que de acá a mediano plazo se pase de una infraestructura de expendio de gasolina y diésel a una de gas en todo el mundo, no es del todo ajena a la realidad.
¿Cuán “verde” es el gas natural?
No olvidemos que ya existe una campaña importante comunicacional a nivel internacional promoviendo los beneficios del gas natural. Personalidades como Fareed Zacharia de CNN y muchos otros, ya están hablando de EEUU como un país que está realizando recortes sustanciales en sus emisiones de CO2 gracias a la incorporación del gas natural a su producción eléctrica (remplazando la producción eléctrica por medio del quemado de carbón). En otras palabras, el gas natural es visto como un hidrocarburo mucho más verde, menos contaminante, otorgando una renovada faceta a la industria hidrocarburífera que tanta mala publicidad ha recibido los últimos años por el Cambio Climático. En este sentido, al parecer, esta supuesta viabilidad económica y su “menor” impacto ambiental parecen ser una vía para que EEUU pueda tratar de limpiarse las manos de los importantes cambios que debe realizar en cuanto sigue siendo el país que mayores emisiones históricas y actuales de CO2 emite.
El tema es que todavía está en entredicho el aporte de la explotación de gas natural en términos de Cambio Climático.Varias investigaciones alertan que si bien no produce tanto CO2, sí aporta con pérdidas de metano. Científicos advierten que existen pérdidas de hasta el 9% en pozos gasíferos, hecho que exige datos más amplios sobre el impacto ambiental de la industria del gas en EEUU[5].
El dióxido de carbono es el principal gas de efecto invernadero porque está presente en la atmósfera en una cantidad 200 veces superior al metano. Pero un volumen similar de metano atrapa 25 veces más calor, a menos que antes se queme, y entonces entra en la atmósfera como CO[6].
Entre 2005 y 2010, mientras las emisiones de CO disminuyeron en Estados Unidos, las de metano aumentaron. Según la EPA, en 2010 el aumento fue equivalente en potencial de calentamiento planetario a la emisión de unas 40 millones de toneladas de CO al año, lo que representa el 10% de la reducción en las emisiones de CO. Más de la mitad de éste aumento procedía de la industria del gas natural: la principal emisora de EEUU. Incluso algunos científicos, en especial Robert Howarth y sus colaboradores de la Universidad Cornell, sostienen que las fugas de metano de los pozos, los gasoductos, los compresores y los tanques de almacenamiento determinan que el gas de arcillas sea en realidad peor para el clima que el carbón. [7]
El Cambio Climático es un problema que, de hecho, no se va a solucionar con el tipo de lógica extractivista desmedida que caracteriza al método Fracking. Si consideramos que la tendencia de los problemas medioambientales va en aumento, entonces es importante considerar las investigaciones científicas que alertan respecto al peligro de la fracturación hidraúlica en términos de cambio climático, contaminación del agua y demás consecuencias negativas que de la misma vayan surgiendo con el tiempo. Y es precisamente el tiempo el testigo de las verdaderas consecuencias medioambientales de la lógica del desarrollo y el progreso. En el año 1992, en la Cumbre de la Tierra realizada en Río de Janeiro, ante profundos cuestionamientos a las consecuencias de la tecnología y el desarrollo, el Informe Brundtland le infunde nueva sangre al concepto de desarrollo dándole el nombre de desarrollo sostenible, nueva categoría que  permitiría, según el informe, relanzar el crecimiento en todo el planeta, eliminar la pobreza, y hacer todo esto en un modo sostenible en la medida en que las transformaciones tecnológicas permitirían producir cada vez más con menos insumos materiales y energéticos. Esto no sucedió, evidentemente, y el resultado fue todo lo contrario. 20 años después, en Río+ 20, cada uno de los problemas ambientales, sociales y económicos caracterizados en el informe Brundtland, se había tornado mucho más severo[8]. A pesar de ello, se ha elaborado un nuevo denominativo para el desarrollo, economía verde, para insuflar renovadas fuerzas conceptuales a la idea de que se puede crecer desmedidamente en un mundo limitado.
En este contexto, el método de extracción de gas denominado Fracking no debe dejar de alertarnos. Quien sabe estamos ante la última etapa del estilo de vida actual que se da el “lujo” de no tener conciencia de las relaciones de la devastación ecológica y social causada por la etapa hidrocarburífera y los hábitos de consumo desmesurado de la humanidad.


[1]En las elecciones de 2012 las industrias hidrocarburíferas contribuyeron 150 millones de dólares a los candidatos aspirantes.
[2]Dichos depósitos son bolsones pequeños de gas que se encuentran de manera dispersa en franjas profundas de la tierra. Obviamente por estar dispersas no son rentables de ser explotadas mediante métodos de extracción convencionales.
[3] Entre los químicos tenemos diferentes tipos de deslizantes, anticorrosivos, lubricantes y un larguísimo etc.
[7]Ibíd.
[8] Lander, Edgardo. La economía verde: el lobo se viste con piel de cordero. http://rio20.net/documentos/la-economia-verde-el-lobo-se-viste-con-piel-de-cordero/